Orrios, 1945
Catedrático de Instituto, en Valencia y Zaragoza. Se doctoró ordenando y editando la obra de Miguel Labordeta. Acudió y colaboró mucho en los primeros tiempos de Andalán. De más estricta orientación filológica fueron sus estudios Biografía poética de Miguel Labordeta; edición y prólogo a la obra de Miguel Labordeta Epilírica (Los nueve en punto). Y el estudio de Mediometro. O Tierras oscenses en la narrativa de Ramón J. Sender
Como escribe Miguel Ángel Artigas en el DDT: “Clemente Alonso Crespo se define como un autor “poco propenso” a publicar, y aunque es cierto que sigue escribiendo habitualmente y compartiendo de forma pública algunas de sus reflexiones a través de su blog, hacía veinte años que no editaba ningún libro. El de Orrios ha vuelto a hacer con Me va a atrapar la noche, Juan Rulfo (editado por su hija en Amordemisamores, 2021), una colección de relatos en las que mezcla historia, ficción, costumbrismo y una suerte de realismo mágico traído a su Teruel natal, entendido como territorio literario”.
También ha estudiado su obra el crítico Toni Losantos. Él afirma que «Este libro es un homenaje a las gentes que me precedieron». Recoge en él textos anteriores, que hacen referencia a la comarca en torno a su pueblo natal, en el más profundo Teruel. Teruel adentro, 1985; El hierro en la ijada; Melodía de los mansuetos, o al mundo visto desde ahí en algún viaje revelador: Cubanos, altiplanos y tizarrones, De mi viaje a Cuba. También analiza su tiempo, con críticas irónicas, como en De algunos silencios y olvidos de la llamada generación del 50; y trabajos de profesor: Método de trabajo para 2 cursos de bachillerato; Las Cinco Villas, paso a paso; y la corrosiva El rector 1999.
En la actualidad trabaja con abundante documentación sobre la Guerra Civil en la ciudad de Teruel: “No sé si eso llegará a publicarse, porque se me ha desbordado. Lo que hay publicado sobre Teruel en la Guerra Civil está lleno de mentiras. Se han dicho muchísimas mentiras, y todavía queda situar en su justo sitio al general Varela, por ejemplo. Hay que reivindicar a Rey D’Harcourt, hay que poner en su sitio al obispo Polanco, y poner en su sitio a quien llamaban el obispo, que era Ángel Sánchez Batea. Fue alcalde de Teruel y lo que hicieron con él y su gente es innombrable”. “Es la pura realidad pese a las mentiras que se han dicho y se han publicado. Y todo sacado de los archivos militares”.
Enamorado de Orrios, su pueblo natal, disfruta contemplando a sus nietos jugando en San Cristóbal; las paredes desmoronadas de lo que fue ermita de San Cristóbal.